Huyo del huerto dolorido de aquellos ojos
relamiendo soledades frente a un espejo.
Huyo de la noche ciega y de su negro abismo
de sus pasos silentes hacia un mismo cortejo.
Huyo de los nocturnos invernales,
de la canción del pájaro agorero,
de la luz mortecina en los cristales
afanosas de ver si vivo o muero
Huyo del frío invierno y de sus hojas secas
buscando la última morada del viajero
con estos pobres pies que saben a resacas
siguiendo la huella del aquel alfarero
Huyo sin tiempo, sin reloj y sin gemido
con la certeza de saber que he de volver,
con el paso cansado, un tanto envejecido
y un sueño, sólo un sueño; el de volverte a ver
Autor Paloma
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